Estos días tuve a mi sobrinita aquí. Una monada de 7 años, (demasiado) llena de energía y vitalidad. Ella no camina, da saltitos. Y habla mucho. Y te lo quiere enseñar todo. Y no saldría nunca de la piscina. Ni del mar. Y quiere saltar donde el agua esté más profunda. Y le da miedo hacer cosas nuevas, pero se deja convencer. Y quiere pizza y pasta. Y no le gustan los sabores fuertes.
Con ella aprendí de nuevo que el dentífrico "quema", y si la comida está caliente también quema.
Pero lo que más me ha conquistado ha sido cuando comiendo los primeros macarrones que he cocinado para una niña en toda mi vida, se haya parado y me haya dicho con su dulce voz de pito: qué bueno está.
Y luego quiso ir a la cama. Y cuando se queda dormida quiere silencio, y oscuridad, y alguien a quien abrazar. Y antes de quedarse dormida tiene un par de pequeñitos espasmos.
Te dije que es Géminis, como yo?
No crezcas, angelito mío. Porque llega